
Entre emoción, nervios y alegría se despidieron de las familias, que puntualmente acudieron a las 8,30h.
Para algunos niños era la primera vez que dormían fuera de casa, sin su familia, todo un reto que superaron con creces.
Al llegar al parque emprendimos la marcha hacia el bosque. Alli vimos a los osos, los lobos y los linces. Había que estar muy atentos para poder verlos entre la maleza.
Seguidamente nos dirigimos raudos y veloces a la Exhibición de Aves Rapaces. Fue todo un espectáculo, aquilas, buhos imperiales, buitres, garzas... un sin fin de aves impresionantes que volaron a ras de nuestras cabezas pero siempre obedientes a las órdenes de sus cuidadores.
Después de refrescarnos y beber agua por las diferentes fuentes que ibamos encontrando por el camino, fuimos a la actividad más deseada por los niños.
¡¡¡El laberinto de agua!!!!! Todos disfrutaron de un merecido remojón, petiendo una y otra vez pasandoselo a lo grande.
Por la tarde rematamos con el resto de atracciones que nos quedaban por ver, la feria, paseos en caballo, el carrusel ...
Despues de tanta actividad llegó el momento más pedagógico. El Taller de Rastros y Huellas. Unos simpáticos monitores les enseñaron y les dieron pistas para localizar animales, distinguir su raza y aprender curiosidades sobre el mundo animal. Todo un exito.
De vuelta al albergue, despues de una rica cena y su ratito de juegos y canciones, cayeron rendidos nada más meterse en la cama.
Al día siguiente, rematamos el plan preparando y organizando el desayuno a los animales de la granja, donde cada uno tuvo que dar de comer a los conejos, cobayas, el burrito y la vaca.
Una gran experiencia para niños y profesores. Nos sentimos muy orgullosos del comportamiento ejemplar que demostraron todos los niños.
¡¡Enhorabuena!! ¡¡Viva Sendaviva!!
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