El colegio que deseamos para nuestros hijos

Scroll

La oferta Educativa en San Sebastián.

A finales de los sesenta y principios de los setenta, los colegios privados de San Sebastián pertenecían, en su práctica totalidad, a las diversas congregaciones religiosas, y tradicionalmente eran femeninos o masculinos que impartían el francés como lengua moderna.

Por otro lado también comenzaba a surgir el movimiento diferenciador de las ikastolas.

Ante este panorama, fue el English School el centro en el que los padres que luego fundarían San Patricio escolarizaron a sus hijos. Estaban plenamente convencidos de que el inglés era el idioma más interesante para el futuro personal y profesional de sus hijos.

English School

En 1966 José Luis Pérez e Ignacio Villanueva constituyeron en sociedad el English School. Ubicado inicial en Villa Carmen, junto al túnel de Jai Alai, continuó disfrutando de éxito y aceptación, hasta el punto de llegar a necesitar mayor amplitud de espacio.

Por esta razón, en 1972, amplió sus instalaciones mediante la incorporación de Villa Asun, lugar en que quedaron instalados los más pequeños. El tratamiento lingüístico, su carácter laico, el hecho de ser mixto, sus propias dimensiones.., hacía que muchas familias encontraran en él el lugar idóneo para la educación de sus hijos. Sin embargo, presentaba un serio problema: sólo estaba concebido para impartir los cursos de Enseñanza General Básica –E.G.B.-, es decir, hasta los catorce años.

Para poner en marcha la etapa de B.U.P. y C.O.U. y conseguir las autorizaciones pertinentes, el colegio debía contar con aulas de dimensiones determinadas, Laboratorio, espacios exteriores con medidas mínimas, campos deportivos... El English School carecía de muchos de estos requisitos y el Sr. Villanueva no se mostró dispuesto a afrontar esta empresa por no resultar rentable.

A pesar del compromiso de los padres, el proyecto no prosperó, hecho que preocupaba especialmente a las familias cuyos hijos se acercaban al final de E.G.B. hasta el punto de empezar a considerar tímidamente una posibilidad... ¿y si somos nosotros mismos quienes montamos el colegio que deseamos para nuestros hijos?