Dos años más en casa ajena

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El Sagrado Corazón (ItxasBuru)

La imposibilidad de conseguir autorización de la Delegación de Educación para impartir clases en Villa María Teresa obligó, a buscar un nuevo emplazamiento que debía disponer de ocho aulas de 56 metros cuadrados.
Entre las posibilidades que se contemplaron, la más aceptable fue la de ocupar, nuevamente de manera provisional, el Sagrado Corazón, un antiguo colegio en desuso con unas espectaculares vistas sobre la bahía en la hermosa parcela de ItxasBuru, en el Paseo del Duque de Baena.

El antiguo colegio del Sagrado Corazón tenía tres bloques independientes escalonados. Se ocupó el más próximo al acceso del paseo del Duque de Baena, pues era el único acondicionado para la actividad académica.

Con todo, lo que realmente supuso una mejora indudable fue el hecho de que, por fin, los alumnos dispusieran de campos de juego y espacios deportivos abiertos.

Otro curso en las mismas condiciones.

El colegio iba ampliando niveles y etapas a medida que los alumnos mayores promocionaban, de manera que el curso 77/78 quedaba completada la E.G.B. y el 78/79 estos alumnos, cumpliendo la pretensión de los padres fundadores, pudieron iniciar los estudios de B.U.P. en San Patricio.

La obtención del reconocimiento de San Patricio como centro homologado de B.U.P., no era tarea fácil. Por un lado estaban las exigencias de la Delegación de Educación relativas a la disponibilidad de espacios (Laboratorios, Biblioteca...), y por el momento todo esto estaba aún en fase de construcción, allá en Ayete.

Por otra parte, antes debía pasar un período transitorio en el que los alumnos cursaran sus estudios a través del Instituto Nacional de Bachillerato a Distancia -INBAD-. Esto significaba que durante los dos primeros años en los que se impartieron cursos de B.U.P., los profesores del colegio daban las explicaciones, pero los alumnos, tenían que acudir al INBAD, donde debían rendir cuentas de su progreso mediante la presentación de trabajos.

No era ésta la situación deseada, pero no había otra posibilidad y, de alguna manera, empezaba ya a vislumbrarse un futuro mucho más prometedor para los cursos siguientes.